La edad no debe ser una frontera sino un puente
La sociedad actual avanza con rapidez, pero no siempre en la dirección correcta. En nombre de la innovación y la inmediatez, estamos dejando atrás a quienes más tienen que aportar: nuestros adultos mayores. Y no se trata solo de afectos o vínculos familiares, sino también del lugar que ocupan -o ya no ocupan- los profesionales con décadas de experiencia en sus campos.
Hoy en día, muchos hombres y mujeres con trayectorias valiosas, que han construido conocimiento, que han liderado procesos, que han formado generaciones, son invisibilizados simplemente por haber cruzado una cierta edad. La exclusión etaria se ha convertido en una nueva forma de discriminación silenciosa, disfrazada de modernidad. Se pierde así no solo la voz de quienes tienen mucho que decir, sino también la posibilidad de construir puentes reales entre generaciones.
En lugar de conectar a los más jóvenes con los adultos mayores, de generar espacios de retroalimentación, estamos sembrando una brecha que empobrece a todos. Los jóvenes necesitan referentes, acompañamiento, historias que les enseñen a interpretar la complejidad del presente. Y los mayores necesitan seguir aportando, sentirse parte, ser reconocidos en su valor.
No se trata de caridad ni de nostalgia. Se trata de una visión estratégica de futuro. Porque una sociedad que no escucha a sus mayores se desconecta de su historia, de su ética y de su experiencia acumulada. Y una juventud que camina sola, sin diálogo con quienes ya recorrieron el camino, corre el riesgo de repetir errores y perder profundidad.
Desde nuestra mirada, es urgente reconectar a las personas mayores con sus comunidades, con sus colegas, con los espacios donde pueden seguir construyendo significado. No basta con incluirlos: hay que integrarlos desde el respeto y la admiración. Crear oportunidades de participación activa, de intercambio intergeneracional y de valorización del saber vivido.
La edad no debe ser un límite, sino una posibilidad de generar sinergias. Apostar por la conexión es apostar por una sociedad más sabia, más justa y más humana.
Adelaida Struck G.